A los dos atrevidos propietarios de los vehículos se les ocurrió una idea -bastante rara, diría yo- de transportar su nuevo coche a su casa desde Alemania. ¿Cuál? Meterlo dentro de su camioneta para ahorrarse el gasto de un remolque.
Puesto que el Mazda Platino 626 no podía entrar con todo y ruedas, no hubo otra opción que quitárselas. Y para que el coche nuevo no se rayara pusieron colchones y cojines.
Ellos tenían planeado conducir más de 3,500 kilómetros desde Bargteheide, cerca de Hamburgo en Alemania hasta Kazajistán.
Fueron detenidos por la policía camino a Kazajistán después de ver la furgoneta bamboleando por el camino.